sábado, 15 de agosto de 2015

Prueba a Dios

Proverbios 3:5 -8 

Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, Y él enderezará tus veredas. No seas sabio en tu propia opinión; teme a Jehová, y apártate del mal; porque será medicina a tu cuerpo, Y refrigerio para tus huesos.
     Hace algunos días mencioné la frase que cito a continuación, a una persona que quiero mucho, y ha quedado grabada en mi mente todos estos días... "Ya probaste tu vida sin Dios, ahora es el momento de probarlo a Él,de vivir la vida con Él y ver la diferencia". Cuando medito en los versículos citados arriba, no puedo dejar de pensar en cada persona que ve destruida su vida de diversas maneras, tal vez un matrimonio que solo causa dolor, problemas con los hijos, enfermedades agresivas que destruyen el cuerpo y la mente, entre tantos otros males. 
      Cuando miro a mi alrededor pienso en la diferencia que se produciría en estas vidas si tan solo pusieran a Dios en el centro de todo. Debido a mi propia experiencia puedo dar fe de que cuando Dios es parte de nosotros, todo es mejor, incluso el dolor se vive de forma distinta, por este motivo muchas veces me cuesta entender como el ser humano prefiere vivir separado de su creador, violando las leyes que Él mismo dejó para nuestro propio bienestar. 
     Es hora de que probemos a Dios, confiemos en Él y no en nuestra propia prudencia, cerremos las ventanas al mal, y abramos la puerta a aquel que dio la vida por cada uno de nosotros, aquel que nos espera con los brazos abiertos, y como un alfarero modelará a cada uno de nosotros para la felicidad... no solo momentánea... sino para la eternidad.

Por Emily Beltrán

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