En el día que temo, yo en ti confío.
En Dios alabaré su palabra; en Dios he confiado; no temeré; Qué puede hacerme el hombre?
Salmos 56: 3 y 4
Tengo que reconocer que no poseo la virtud de la valentía, muy por el contrario, las diversas circunstancias de la vida me han hecho ser bastante temerosa, y lamentablemente heredé este vergonzoso defecto a uno de mis hijos.
Todo lo que el ser humano es y también hace, es una recopilación de historias que de alguna u otra manera han dejado huellas en su vida. Es por esto, que dondequiera que vayamos nos encontraremos con personas tímidas, agresivas, conflictivas, otras con tendencia a deprimirse fácilmente, o simplemente un tanto cobardes como en mi propio caso.
Estas últimas semanas he tenido que luchar con todos mis miedos quedando sola en casa con mi hijo más pequeño, aquel que heredó lamentablemente el defecto de su madre. Han sido días difíciles, donde he tenido que aprender a ser fuerte y valiente para no asustar a mi pequeño y terminar por algún rincón de la casa los 2 juntos llorando por escuchar un ruido sospechoso o ver algo donde no lo hay.
Increíblemente en este momento es donde más he clamado a mi Padre Celestial pidiendo valentía y fortaleza, solicitando su compañía durante días y noches y agradeciendo a cada momento por sus cuidados.
Por Emily Beltrán
No hay comentarios:
Publicar un comentario